La teoría educativa se ha convertido en una moda. Diariamente infinidad de artículos, conferencias, libros, etc. presentan nuevos términos y conceptos. Esto es fundamentalmente positivo, pero tiene una pega, nos enfrentamos a una multitud de palabras y siglas, muchas de ellas redundantes, repetitivas, eufemísticas, ambiguas, o que simplemente son pequeñas variaciones de términos ya existentes.