Procedimiento para mantener la autoridad docente en el aula y corregir comportamientos disruptivos. Al igual que la técnica del positivo dinámico explicada en esta página, lo que voy a explicar a continuación no es fruto de la teoría pedagógica sino de mi propia experiencia a la hora de enfrentarme a situaciones complicadas. Mi motivación ha sido la necesidad y El criterio que he seguido ha sido el del ensayo/error sobre el terreno. Por eso el resultado obtenido puede considerarse poco pedagógico o directamente antipedagógico en cierto sentido, pero práctico y pedagógico en toro sentido.
Hay que recordar que la misma técnica puede funcionar o no dependiendo de su afinidad con la forma de ser del docente. Lo ideal es que cada uno busque lo que le funcione a él mismo y que pueda adaptar a su carácter. Aquí voy a pensar en voz alta por si puede servir como orientación a otros compañeros que tengan problemas similares. Esta página (igual que el resto) la iré reeditando periódicamente cuando encuentre otras soluciones más eficaces o cambie de opinión, por eso agradezco las ideas, planteamientos o sugerencias de otros compañeros en los comentarios.
La fuente ¿pedagógica?
He realizado varios cursos relacionados con la gestión de conflictos en el aula. La mayoría invitan al docente a que se enfrente a los conflicto en el aula siguiendo un estudiado “guión de actuación” , pero no me convencía. Mi experiencia laboral anterior a la docencia en el sector comercial, me había enseñado que lo importante para cambiar actitudes no es tanto lo que se dice, sino cómo se dice. La clave del éxito no es tanto seguir a rajatabla un frío protocolo de actuación sino las emociones que generas en la otra persona. Algunas técnicas pedagógicas aprendidas me han sido muy útiles pero me ha parecido que los planteamientos generales eran demasiado teóricos y poco prácticos. Por eso recurrí a otras fuentes de información.
Con el tiempo es sorprendente comprobar vigencia del pensamiento antiguo. Como dijo el escritor francés André Gide “Todo está dicho, pero como nadie escucha”. Mi principal referente a la hora de tratar la gestión de las emociones con éxito no es ni pedagogo, ni psicólogo (al menos formalmente) sino una obra clásica del pensamiento político: El Príncipe de Maquiavelo. Este pensador florentino del Renacimiento reflexionó sobre cómo un gobernante puede tener éxito en el mantenimiento de su autoridad en el Estado. Yo me limitaré a extrapolar sus razonamientos a nuestro pequeño Estado: el aula. En lo sucesivo sus textos aparecerán en cursiva.
Hay que lograr ser amado y ser temido
Para entender este modelo de actuación hay que tener presente las cuatro emociones con las que vamos a jugar: amor, temor, desprecio y odio. En primer lugar vamos a tratar el amor y el temor. ¿Qué es mejor que te teman o que te amen? Maquiavelo sentencia que lo mejor es la combinación y que puestos a elegir, es preferible ser temido a ser amado. En nuestro contexto: para que el profesor pueda mantener la autoridad en clase ha de lograr ser amado y ser temido. La tenencia de ambas virtudes es la que permite el éxito, la perdida de alguna lo dificulta.
...si vale más ser amado que temido, o temido que amado. Nada mejor que ser ambas cosas a la vez; pero puesto que es difícil reunirlas y que siempre ha de faltar una, declaro que es más seguro ser temido que amado.
De la misma forma que el príncipe/gobernante ha de gestionar bien los asuntos de Estado, el docente tiene una obligación para con sus alumnos: ha de cumplir con su tarea de enseñar. Por muy habilidoso que seas gestionando conflictos, si el alumno no siente que aprende incoscientemente juzga al docente y le desprecia por no estar cumpliendo con su obligación como educador. Muchos conflictos en clase son el resultado de una reacción lógica ante la improvisación, la falta de profesionalidad del docente ya sea por sus carencias curriculares (no sabe bien los contenidos de su materia) o por su incapacidad de trasmitir (no sabe cómo explicar). Hay que ir a clase bien preparado tanto academicamente como pedagógicamente. Si el profesor no prepara sus clases en profundidad ni tiene metodologías estudiadas para sus contenidos, el alumno lo percibe y le pierde el respeto. El ritmo en la administración de contenidos y la metodología ha de adaptarse a las circunstancias del alumnado, y si no da buenos resultados hay que cambiarla de inmediato. Soy consciente del esfuerzo y la cantidad de horas que hay que dedicar para tener un control profundo de los contenidos a enseñar y de las metodologías más eficaces, pero es algo necesario para cumplir con nuestra obligación. Conformarse con contenidos desfasados o la inflexibilidad en la metodología es una muestra de falta de profesionalidad.
Para ser amado, el docente cuenta con varios instrumentos. Los más eficaces son los que logran que se recompense la buena acción. No hay que olvidar la importancia del refuerzo positivo, del premio, como dijo Maquiavelo:
instituirá premios para recompensar a quienes lo hagan y a quienes traten, por cualquier medio, de engrandecer la ciudad o el Estado
Hay que evitar ser despreciado u odiado
Volviendo a la cuestión de ser amado o temido, concluyo que, como el amor depende de la voluntad de los hombres y el temer de la voluntad del príncipe, un príncipe prudente debe apoyarse en lo suyo y no en lo ajeno, pero, como he dicho, tratando siempre de evitar el odio. No obstante lo cual, el príncipe debe hacerse temer de modo que, si no se granjea el amor, evite el odio, pues no es imposible ser a la vez temido y no odiado Llego, pues, a la conclusión de que un príncipe, cuando es apreciado por el pueblo, debe cuidarse muy poco de las conspiraciones; pero que debe temer todo y a todos cuando lo tiene por enemigo y es aborrecido por él.
El temor hacia el profesor no debe confundirse con el odio. El profesor ha de ser temido, pero no odiado. La incapacidad de diferenciar entre ambas emociones es la semilla de muchos fracasos.
¿Cómo ser temido sin ser odiado? ¿Cómo ser amado sin ser despreciado (por ser un buenazo)?
Hace despreciable el ser considerado voluble, frívolo, afeminado, pusilánime e irresoluto, defectos de los cuales debe alejarse como una nave de un escollo, e ingeniarse para que en sus actos se reconozca grandeza, valentía, seriedad y fuerza.
La ausencia de temor al profesor (acompañado o no de amor) nos convierte, según Maquiavelo, una autoridad despreciable. Eso nos pasa cuando nos comportamos como "buenazos". Reflejo de este desprecio es la actitud altanera que muestran algunos alumnos cuando se dirigen hacia nosotros, mientras que se auto controlan cuando hablan con otros docentes.
Porque el no ser odiado por el pueblo es uno de los remedios más eficaces de que dispone un príncipe contra las conjuraciones. Y aquí se debe señalar que el odio se gana tanto con las buenas acciones como con las perversas, por cuyo motivo, como dije antes, un príncipe que quiere conservar el poder es a menudo forzado a no ser bueno, porque cuando aquel grupo, ya sea pueblo, soldados o nobles, del que tú juzgas tener necesidad para mantenerte, está corrompido, te conviene seguir su capricho para satisfacerlo, pues entonces las buenas acciones serían tus enemigas.
El odio hacia el profesor no solo deriva de la acción directa del profesor, sino también de la ausencia de acción. Cuando el profesor actúa de manera arbitraria o no es riguroso en el cumplimiento de las normas, además de no generar temor (es decir, de ser despreciable) también genera odio. Por eso es fundamental mostrarse inflexible en la aplicación de las normas, tanto las generales como las que nos hemos dotado para clase y castigar en todos los casos su incumplimiento.
Cualquiera que meditase este discurso hallaría que la causa de la ruina de los emperadores citados ha sido el odio o el desprecio, y descubriría a qué se debe que, mientras parte de ellos procedieron de un modo y parte de otro, en ambos modos hubo dichosos y desgraciados. El príncipe que conquista semejante autoridad es siempre respetado, pues difícilmente se conspira contra quien, por ser respetado, tiene necesariamente que ser bueno y querido por los suyos.
El profesor amado será precisamente el que no sea ni despreciado ni odiado.
Trate el príncipe de huir de las cosas que lo hagan odioso o despreciable, y una vez logrado, habrá cumplido con su deber y no tendrá nada que temer de los otros vicios.
Aceptados estos principios. ¿Qué puede hacer el docente para evitar desprecio o el odio del alumno?
Cómo evitar ser despreciado
Para evitar el desprecio el profesor debe abandonar el buenismo y aplicar de modo riguroso las normas que se ha dado para clase. Hay que evitar en todo momento la arbitrariedad que supone la compasión/perdón. De lo contrario seremos tratados con desprecio por no ser temidos y con odio por no ser justos.
Por lo tanto, un príncipe no debe preocuparse porque lo acusen de cruel, siempre y cuando su crueldad tenga por objeto el mantener unidos y fieles a los súbditos ; porque con pocos castigos ejemplares será más clemente que aquellos que, por excesiva clemencia, dejan multiplicar los desórdenes, causa de matanzas y saqueos que perjudican a toda una población, mientras que las medidas extremas adoptadas por el príncipe sólo van en contra de uno.
Para lograr esto me apoyo en la técnica del positivo dinámico que explico en esta página . Con esta técnica consigo dos efectos muy útiles para tener resultados:
- La gradualidad en la aplicación del castigo (negativos, aviso telemático, aviso por escrito) . Cuando contamos con la colaboración de los padres se puede hacer la "pinza" padres-profesor que consiste en coordinarse con los padres para actuar desde los dos ámbitos: aula y casa. Para que esta pinza funcione es fundamental que el seguimiento no sea sólo informativo, sino coercitivo, acordando previamente un castigo en casa si el alumno no cumple.
- El castigo ejemplar. No hago nunca castigos colectivos sino personalizados incluso en situaciones de alteración general. Cuando hay 20 personas hablando, no hace falta poner 20 negativos, es suficiente con poner uno pero públicamente para que los otros 19 se den cuenta y dejen de hablar. Los demás corrigen su actitud no por el castigo que reciben ellos sino por el castigo ejemplarizante que recibe su compañero. El perjudicado no puede quejarse porque previamente se ha explicado el funcionamiento de la asignación selectiva de negativos.
Los objetores estudiantiles
Las técnicas para mantener la autoridad en el aula tienen un talón de Aquiles, un caso que aún no he sido capaz de abordar con éxito. Lo anterior no funciona con los que llamo objetores estudiantiles. Me refiero a los que han asumido que no van a aprobar y no tienen intención de esforzarse lo más mínimo: ni estudian, ni se les pasa por la cabeza intentarlo. La única razón que les mueve a ir a clase todos los días es poder pasárselo bien y destacar. El conflicto proviene precisamente de eso, la única forma en la que pueden mejorar su autoestima es convirtiéndose en los malos de clase. Aunque esporádicamente pueden implicarse en alguna actividad, su actitud habitual es boicotear la clase con el fin de poder gozar de protagonismo, un protagonismo que serían incapaces de alcanzar por sus méritos académicos. Para ellos la única alternativa es un castigo ejemplar que realmente sea efectivo y como los castigos progresivos no tienen ningún efecto en su caso, si no contamos con los padres únicamente nos queda la expulsión. Si ya hemos recurrido a la dirección y hemos comprobado que los padres no se implican, sólo queda una salida: expulsión de clase con su correspondiente trámite formal.
Utilidad pedagógica de la expulsión
Es importante entender que con el concepto de objetor estudiantil no me estoy refiriendo a los alumnos disruptivos. Me refiero a un caso muy específico de alumno disruptivo en el que coincide su actitud y la imposibilidad de contar con el apoyo de los padres. Mantener en clase a estos boicoteadores (los objetores estudiantiles) no es bueno ni para ellos ni para sus compañeros que no pueden recibir una clase con normalidad. La normativa nos respalda si se interpreta correctamente. De un modo o de otro se reconoce el derecho y la obligación del docente a tomar medidas para mantener un ambiente propicio en el aula. La clave está en empezar a considerar estos actos como actos graves y actuar en consecuencia. Y esto no solo se hace por el bien de sus compañeros, sino por su propio bien. Para su formación y su madurez es necesario que perciba como negativas las consecuencias de sus malas actuaciones. Y, en su caso, sólo percibirá como negativo cuando se le prive de la posibilidad de estar en clase donde tanto se "divierte". Eludiendo de la expulsión se le está perjudicando en tanto que se le impide crecer en madurez.
Es normal que desde la dirección de los centros y desde las administraciones educativas se pongan obstáculos a este tipo de actuaciones, ellos tienen sus razones. En muchas ocasiones el profesor es el responsable del conflicto por su falta de pericia. Cuando vemos que un docente tiene problemas en un grupo donde otros no lo tienen, podemos estar en un caso de este tipo. Para estimular a los docentes incompetentes, las direcciones suelen imponer unos largos trámites burocráticos con el fin de evitar expulsiones injustificadas. Esto es positivo en la mayoría de los casos ya que fuerza al docente a madurar y a buscar soluciones. Como he dicho antes y destaco: los alumnos "expulsables" son una ínfima minoría, mientras que para el profesor incompetente, son muchos los alumnos son "expulsables". El problema que yo veo a esta situación es que en ocasiones el docente es realmente incapaz de afrontar correctamente el conflicto por mucho que se le presione. No vamos a sacar más de él porque no da más de sí. En estos casos de incompetencia yo creo que la expulsión es la menos mala de las opciones. Dicho de otro modo, si eres un inútil en la gestión de los conflictos en clase, antes hacer perder el tiempo al resto de alumnos o de hacer o decir algo de lo que te puedes arrepentir, mejor expulsa al alumno. Si no conseguimos reconducir una conducta a pesar de emplear medios y técnicas que se presuponen eficaces, en esos casos, también hemos de plantearnos la expulsión. Tal y como he dicho antes, con la expulsión ayudamos al alumno disruptivo a que entienda que las acciones negativas tienen consecuencias negativas y también ayudamos a sus compañeros de dos formas: por un lado aprenden del ejemplo y por otro aprenden más ya que se puede retomar el ritmo normal de clase.
Evitar la expulsiones y vivir con desorden en clase no es sólo perjudicial para el implicado y para sus compañeros, además es perjudicial para el propio docente. En algunos casos nos dejamos llevar por la comodidad al quitarnos un problema de encima ( el papeleo y el tiempo gastado). Aguantamos para cumplir con nuestro horario pensando en la satisfacción de cobrar a fin de mes. El problema es que esa ilusión de satisfacción no compensa la insatisfacción creada. Toda esa impotencia reprimida nos llena de resentimientos y nos convierte en personas infelices. En conclusión, si no quieres hacerlo por los demás, hazlo por ti mismo.
Cómo castigar o expulsar sin generar odio
Ahora entramos en un punto fundamental en todo el proceso. No es suficiente con expulsar, hay que saber expulsar. El problema es que la mayoría de los profesores “duros” no entienden que la expulsión es un acto pedagógico y tiene la misma naturaleza que corregir una actividad. Si cuando realizamos la expulsión exteriorizamos claramente sentimientos de odio o de impotencia, el acto pierde su carácter pedagógico y se convierte en un acto de venganza, es decir, en un mal ejemplo. Estamos diciéndole al alumno; “cuando quieras solucionar un conflicto, ponte hecho una furia, grita a todos y lanza amenazas”. La expulsión ha de realizarse sin acritud, sin levantar el tono de voz e incluso "sintiéndolo mucho". Es la forma de mostrar que nuestra actuación es una respuesta automática derivada de un incumplimiento de las normas y no está motivada ni influenciada por ningún sentimiento de odio o animadversión personal. Las actitudes se contagian, si exteriorizas odio te devolverán odio, te pagarán con la misma moneda.
Actuar desde el odio genera odio. Volvemos a Maquiavelo: que te odien ha de evitarse a toda costa. Yo reconozco que tengo cierta facilidad para empatizar con los objetores estudiantiles y con los alumnos conflictivos porque en cierto modo yo fui uno de ellos. En todo caso siempre puedes recordarte que de todo el mundo se puede aprender algo, incluso del alumno más disruptivo.
¿Por qué fracasamos cuando nos comportamos como profesores duros y expulsamos con odio? Tal y como dijo Maquiavelo, cuando te odian están deseando tener escusa para sublevarse contra ti. Las expulsiones movidas por el odio fomentan la aparición de nuevos actos de insubordinación. Bien es verdad que el mismo Maquiavelo reconocía que es preferible que te teman aunque te odien,a que te amen y no te teman. Pero esta opción no me parece aceptable ¿no será mejor optar por la actitud más eficaz que por la intermedia de menor eficacia?
Momentos en el proceso de expulsión
A. Aislamiento. Si el alumno reincide en su mal comportamiento y compruebo que no sirven los negativos, lo cambio de sitio e intento aislarlo. Coloco a los objetores estudiantiles entre alumnos que sí quieren trabajar.
B- La pinza. Si lo anterior no funciona, en mi lista de normas de clase dejo claro a principio de curso que tres negativos en la misma sesión, implica un aviso a los padres. Primero vía correo electrónico, luego llamada de teléfono. Esta hoja de seguimiento la usé en una ocasión como tutor. La coacción con los padres suele funcionar y tiene resultados en un alto porcentaje, pero si no hay colaboración por parte de los padres pasamos al siguiente punto.
C- Expulsión sin odio. Una vez que se han probado todas las otras alternativas sin éxito y se produce una acción susceptible de ser penalizada, es el momento de la expulsión del responsable si se trata de un objetor. Entre las razones de la expulsión, aparte de poner que no permite dar la clase con normalidad, hay que precisar al detalle las acciones concretan que han desencadenado cada interrupción: que interrumpe, que se niega a trabajar, que se le ha cambiado de sitio y avisado varias veces para que cambie su actitud, todo ello sin éxito. El alumno expulsado no deja de estar escolarizado porque esté fuera de clase, simplemente su escolarización se hace en otro sitio en vistas a mejorar los resultados. Si hay una aula de castigo le doy una ficha con actividades o un texto (que ya tengo listo) y le digo que únicamente podrá regresar a clase en cuanto termine de copiarlo (el texto a copiar ha de ser suficientemente extenso como para necesitar una hora).
D- Repetición con prudencia. En ocasiones, una única expulsión a principio del curso sirve como castigo ejemplar y permite mantener el control el resto del año. Lamentablemente en otras ocasiones se debe repetir el proceso a mitad de curso, dependiendo el ambiente de clase y la cantidad de objetores. Cuando se agota el recuerdo de las últimas expulsiones, entonces se hace necesario realizar nuevas. En todo caso la expulsión es más eficaz cuanto antes se realiza y cuanto menos se repite.
E- Desplazamiento del problema. El alumno objetor va asimilando que en mis clases no puede actuar libremente sin que tenga consecuencias. Por eso en muchos casos decide “reservarse” y se aguanta para desahogarlas en otra clase con profesores menos estrictos. Por eso es importante explicar a nuestros compañeros nuestra estrategia frente a los conflictos si se encuentran con dificultades.
En conclusión
Para ser amado sin ser despreciado (por ser un buenazo) y para ser temido sin ser odiado (por ser un rencoroso) hay que:
- Ser inflexible en la aplicación de las normas y en los castigos. Para eso es necesario dedicar un tiempo para explicarlas con detenimiento Derivado de lo anterior, no hay que tolerar el desorden en clase, llegando, si es necesario a tomar las medidas disciplinarias más duras. Pero todo eso se ha de hacer sin resentimiento, sin exteriorizar odio, sino con calma, diplomacia y mostrando incluso simpatía por el alumno al que se le castiga.
- Ser flexible en el desarrollo de contenidos y en la aplicación de metodologías docentes. Debemos anteponer la eficacia pedagógica a cualquier otra consideración, si un contenido/ método /actividad /procedimiento no funciona, hay que cambiarlo antes de que degenere el ambiente de clase.
¿Soy yo un ejemplo de la aplicación de los principios que acabo de enunciar? En absoluto, por eso mi interés en ponerlos por escrito, para ir acercándome cada vez más a lo que, de momento, creo que es lo mejor.
Bibliografía recomendada
- Cómo dar clase a los que no quieren (2007) de Juan Vaello. Resumen de la orientadora S. Rodríguez-Barbero.
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Muy bueno, aplicar Maquiavelo al aula X D , sencillamente genial.
ResponderEliminarGenial, colega. Una lección de sentido común. Me faltan calificativos. Con dos méritos añadidos: claridad absoluta en la exposición (sin necesidad de argot pedagógico) y apoyo erudito de altura. Chapeau, de verdad
ResponderEliminarRafael Palomero, Institut Infanta Isabel de Aragó (Barcelona).
Nota: resulta complicado encontrar tu nombre y apellidos en la web; hay que acostumbrarse a ponerlos, creo.
Gracias por tu palabras Rafael y encantado de conocerte. Tú también puedes aprovechar y comentar tu experiencia y tus trucos para mantener la autoridad en el aula. No entiendo muy bien a que te refieres con lo de buscar el nombre y los apellidos. Saludos desde Alicante
ResponderEliminarMuchas gracias de nuevo Francisco, tengo una clase que tu relectura de Maquiavelo les va a ir aplicada ya mismo parece hecha para ellos. la psicóloga del colegio me había recomendado un libro sobre la autoridad dentro del aula. Pero realmente os prefiero a ti y a Maquivelo antes que a los pedagogos modernos!!!
ResponderEliminarHola, no soy profesora pero intentaré serlo, de momento con la oposición tengo suficiente, y me da muchisimo miedo que ellos lleguen a despreciarme o a odiarme y ambas juntas, me encantaría ser el principe temido y amado como ví en profesores que me dieron clase, pero también vi a los despreciados y debe ser horrible llegar a eso. Así el día que pueda o que me dejen intentaré aplicar estos sabios consejos.
ResponderEliminarHola Paxto. En realidad la pedagogía moderna no es contraria a las ideas que menciono, en la pedagogía como en otras disciplinas hay muchas interpretaciones y muchos puntos de vista. Prueba de ello es que Juan Pedro, el psicólogo de mi instituto, tras leerlo el artículo me ha dado los nombres que reciben las técnicas que defiendo (economía de fichas y tiempo fuera). Lo voy a editar para incluirlo. Saludos María, a pesar de todos los problemas, la docencia es una profesión que te proporciona más alegrías que disgustos.
ResponderEliminarHola mi nombre es Pablo. Soy de Argentina Bs As,termino de leer la publicación " como mantener la autoridad..", me pareció interesante,pero la verdad me resulta imposible la aplicación de la misma.
ResponderEliminarEn Argentina no es posible expulsar a un alumno por que la educación se sostiene sobre la idea de INCLUSION. Es así que expulsarlo sería excluirlo.
Es necesario que aclare que en lo personal yo adhiero al método publicado aquí. La realidad educativa es lamentable y llega al punto en que los directivos presionan para que los alumnos no repitan, es decier que pueden promocionar su año sin hacer merito alguno! increible no les parece?.
Se siente gran frustación al ver como funcionan las cosas, la escuela deja de enseñar y se convierte en una especie de guardería adolescente.
Pero creo que se puede cambiar y hacer mucho si los docentes somos capaces de organizarnos y ser responsables
Saludos Pablo, agradezco tu participación. No creas que la situación en España es tan distinta, efectivamente algunas directivas de algunos centros se apoyan en la legislación para prohibir las expulsiones (también lo he vivido) por eso digo que no es tan distinto. Lo que pasa es que la misma legislación al mismo tiempo te permite la expulsión “sólo en caso extremos”, apostaría que en Argentina esto será parecido. La clave está en empezar a considerar “caso extremo” todo aquello que nos impida garantizar el derecho a la educación que tienen todos los alumnos. Mantener a ese alumno disruptivo en clase, implica violar el derecho a la educación tanto a sus compañeros como a él mismo. El derecho a la educación se recoge en casi todas las constituciones, el derecho a no ser expulsado no. Aunque las directivas se apoyen en interpretaciones pedagógicas, a menudo lo que hay es una malinterpretación intencionada. En realidad la expulsión también responde a la filosofía de la inclusión en “clase”, él alumno conflictivo ya no está incluido en ninguna “clase” él ya está fuera del proceso educativo, la expulsión del aula es una técnica para poder “incluirlo” más tarde en una clase con ambiente de aprendizaje correcto. Si mantenemos a los alumnos conflictivos en clase y perdemos el ambiente de aprendizaje, entonces también deja de existir “clase” en su sentido pedagógico, y lo que nos queda es eso que tú dices, una guardería de adolescentes. La ley está de nuestro lado cuando nos exige que ejerzamos como docentes, no de vigilantes de seguridad. Otra cuestión es si realmente el alumno es conflictivo, o soy yo el que lo hace conflictivo. Cuando un alumno se comporta correctamente en otra clase con otro profesor y conmigo se convierte en un alumno problemático, entonces tendré que hacerme esta otra pregunta: ¿Dónde está el problema, en el alumno o en el profesor?
ResponderEliminarHola Francisco, un gusto.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que no siempre son los alumnos. En cuanto a las similitudes en el ámbito de la educación también supongo que debe ser un fenómeno casi global, buscar los por qué, sería entra en una charla política bastante compleja ya que las realidades sociales de cada país y cada región dentro de los mismos, es muy diversa.
Que interesante sería poder tener una charla de este tipo con docentes de diferentes puntos del globo y poder coordinar un proyecto conjunto.
También comentar la cantidad de experiencias que se viven, la verdad son tan variadas en su forma positiva como negativa.
Otra idea que me ronda la mente siempre, sería el intercambio de docentes.
Bueno para finalizar la web muy buena!!! Ya la recomendé a varios compañeros.
Gracias por los tips para mantener el "ambiente saludable" para dedicarnos al proceso de aprendizaje dentro del aula. Uno de los puntos que yo siempre recalco en clases es el respeto, si no hay respeto (en todos los aspectos) entre los unos y los otros y por medio el profesor yo creo que no se logra nada.
ResponderEliminarSaludos desde Tacna-Perú
Profe. Francisco. Su texto muy bueno, además de que aprendí muchas tecnicas y ahora si a lo Maquiavelo... Por otra parte fijate que apenas empece a laborar en mi area y me siento muy conenta, pero em faltan tecnicas y estrategias, que seguramente encontrare en tu blog... Muchas gracias y te estare visitando seguido...
ResponderEliminarPd. espero no te moleste que te hable de tu.
Saludos a Manuel y a Patlov y agradezco vuestro comentario. Tengo pendiente subir una entrada nueva con las técnicas docentes basadas en la cooperación con los padres, espero hacerlo durante el curso que empieza ahora. No me molesta que me tuteen, al contrario, me resulta más cómodo.
ResponderEliminarHola Francisco, aun no soy profesora pero ese es mi mayor deseo desde que hice las prácticas del CAP.Me he sorprendido muy gratamente al encontrar tu página y tus acertados consejos, que pienso pueden ayudar mucho los novatos como yo.
ResponderEliminarSaludos también desde Alicante
Lucia
Hola Lucia, gracias por tu comentario. Espero que me hables sobre tus experiencias en cuanto empieces y así compartiremos consejos.
ResponderEliminarhola soy emma de 1C de los montesinos y te queria preguntar si puedo hacer solo la pradera porque la estepa no la encuentro del trabajo k nos has mandado y k si lo podria hacer en el power poin porque el otro programa no lo encuentro y ademas hay mas programas pero no se usarlos y el power poin ese si se usarlo y es mas facil
ResponderEliminarHola Enma. Vale, no hay problema, los dos programas son compatibles, en el ordenador de clase podemos cambiar el formato. En este enlace puedes descargarte el programa gratuito del open office
ResponderEliminarHola PROFESOR FRANCISCO, ma llamo Sonia soy mexicana y estoy iniciándome en esto de las TICS en el aula,cursando también un diplomado de la RIEB, doy clase en quinto grado de primaria y con la intensión de acabar con los 1000 y un pretextos de mis chicos y sus padres para no cumplir, me di a la tarea de hacer un blogg y en el intento encontre su blogg lo cual me dio mucho gusto porque me divierte, es usted un PROFESOR ,así con amayusculas.
ResponderEliminarHola nuevamente Profesor Francisco, solo quería terminar mi comentario que tuve que interrumpir, quiero agregar que todo el material en el blog me esta siendo de mucha utilidad, estoy maravillada por la manera en que nos facilita la clase con los tips y lo real de la informacion para la actualidad existente en la educacion.Gracias por compartir todos sus conocimientos con novatos como yo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Sonia. Yo también me veo como un novato, cada día descubro un error nuevo y algo en lo que mejorar. Ánimo con tu blog.
ResponderEliminarhola teacher soy una alumna de tu clase jaja! :-)
ResponderEliminarMuchísimas gracias. Es así como muchas maestras entendemos esta nobilísima profesión que las más de las veces se traduce en actos de amor continuo hacia nuestros alumnos, a lo que se une una vocación que no debería de tener límites.
ResponderEliminarGracias de corazón.
Gracias a ti Carmen. Tu actitud es un ejemplo para todos.
ResponderEliminarGracias por tu página...Más o menos yo planteo lo mismo, pero con errores, algun grito, alguna pérdida de control. Pondré en marcha lo del positivo dinámico y el tratamiento a los disruptivos. Ojalá cuando me inicié en esto hubiera encontrado un página parecida...un saludo de un colega de Historia del Arte
ResponderEliminarHola Francisco. Me ha encantado tu planteamiento para resolver conflictos en el aula, son geniales.
ResponderEliminarConfieso que hace 10 años tuve la suerte de ser profesora. Mi primer año académico fue horrible, pues por mucho que supiera de mi mateiria, no tenía ni idea de cómo capotear alumnos insurrectos. Nadie me había enseñado técnicas, así que abandoné el ejercicio de mi profesión docente. Ahora me arrepiento, pero es que en aquel momento no encontré nada que me ayudara a salir adelante.
También comentar, que pillé muy mal momento en la ESO: por aquel entonces eliminaron los exámenes de septiembre, los alumnos promocionaban de curso suspendieran lo que suspendieran... Imagínate, les daba igual 3 que 33. Para colmo, en mi centro pasaban de todo, no podías expulsar, ni tan sí quiera aislar a los objetores en otro aula. Para postre, el director de mi centro no apoyaba a los profesores, les gritaba, les humillaba... Teníamos alumnos con grandes problemas, algunos venían drogados a clase y se dormían.... Venían con navajas...
En fin, ante lo sucedido decidí dejar esta profesión antes de caer enferma. Afortunadamente la legislación a cambiado un poco. Ahora deseo volver a dar clases, estoy de nuevo en la bolsa, pero antes de que me vuelvan a llamar tengo que aprender técnicas para sobrellevar los conflictos !!! POR FAVOR, si me podéis pasar información de cursos, libros, o lo que sea, os estaría eternamente agradecida.
Hola Eduardo, gracias por tu comentario. Si quieres puedes comentar cómo te funciona lo del positivo dinámico o cualquier otra estrategia que uses. Me interesa conocer otras experiencias.
ResponderEliminarHola Helena: gracias por tu comentario. Yo hice varios cursos presenciales sobre conflictos organizados por la Universidad y por los CEFIRES (ahora creo que son todos online). Esto puede ser útiles para desdramatizar este asunto, pero en general eran muy teóricos y nada prácticos. Las técnicas las vas aprendiendo con la experiencia y a menudo son difícilmente extrapolables. A mi me puede funcionar algo que a ti no te funciona y a la inversa. La personalidad determina el tipo de técnica que puede o no puede funcionar.
Un saludo y suerte.
Me ha gustado mucho tu planteamiento. Este año me he topado con un grupo pequeño que trata de hacerme la vida imposible. Me va a venir bien el reto. Leer a Maquiavelo primero, y aplicarlo despues. Llevo mucho tiempo en esto y nunca habia sido necesario, pero oye, renovarse o morir. GRACIAS por compartirlo.
ResponderEliminarCOMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
ResponderEliminarEN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente.
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años
Hola Francisco te escribo desde Uruguay para agradecerte la generosidad de compartir tus trabajos y reflexiones. Soy docente desde hace ya 14 años y me encuentro como todos en medio de una crisis educativa sin precedentes, la verdad que desde ya hace unos meses empecé a investigar todo lo que tengo a mi alcance sobre nuevas propuestas de metodología en la enseñanza de la Historia. Comparto mucho de lo que expones en esta entrada acerca de la disciplina y su control en clase pero me gustaría agregar algo acerca de lo que estoy investigando que es el tema del HUMOR y su valor en el aula. El humor hace milagros y realmente ayuda muchísimo tanto en la motivación de los alumnos como en el clima de aula. Ayuda a desactivar conflictos rápidamente a limar asperezas, a controlar el clima de clase y sobretodo ayuda al docente a relajarse... estoy investigando recién arranco y tengo mucho trabajo por delante. Tengo entendido que tanto Brasil como España son pioneros en esto de la Pedagogía del Humor... si pudieras ayudarme o facilitarme algún contacto en esta área te estaré profundamente agradecida. Saludos desde el sur! Virginia
ResponderEliminarHola Virginia. Este tema que me comentas me parece fundamental y es necesario que investigue sobre ello. Reconozco que hasta ahora no le he dado la importancia que tiene. Aunque siempre he sido consciente de las ventajas del sentido del humor en clase, nunca me lo había planteado como una estrategia pedagógica diferenciada. Es necesario planificarlo bien (sobre todo con las actividades) y que no dependa del variable estado de ánimo del docente. Este tema merece una reflexión en artículo aparte. De momento voy a investigar. Un saludo y muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarEs genial tu planteamiento del positivo dinámico.Lo he puesto en practica el primer trimestre con un grupo de alumnos muy complicado, no por ser muy rebeldes, sino porque se trata del típico grupo de alumnos que nos saca de quicio con interrupciones, malas contestaciones sin ser motivos de parte etc vamos un grupo en el que los partes no funcionana porque hablan todos. En principio me fue bien, pero como todo los alumnos acaban perdiendo interés y deja de ser efectivo. En especial hay alguna alumna que molesta especialmente y que cuando se le pone un parte llora y va de victima por la vida y se hace mu dificil ponerle partes. gracias un saludo
ResponderEliminarEse método sirve cuando toda una sociedad lo avala....y hasta cierto punto. Tuve muchos profesores así y me cansaron, mis nervios por dentro por reiteradas injusticias, humillaciones y demás me destruyeron. Eso simplemente porque quizás hacía algo no esperable y al ser sumisa me ligaba todo lo que a otros chicos el maestro no se animaba a decir....porque los otros padres en reuniones privadas levantaban en peso al profesor que dependía del dinero que los padres pagaban en el caso de escuelas pagas. En Argetina existen escuela que no se paga una cuota elevada. En estos casos los padres podían tranquilizar a la fiera (el maestro que se había ido de mambo). Volviendo a mi, mis padres no tenían ni la instrucción, ni el dinero, por lo cual no tenía quien me defendiera. Jamás insulté a un maestro. Sin embargo 20 años después me toco ser jefa de una de mis maestras y de una hermana de mis maestras y siempre traía ejemplos de las odiseas que hacía pasar (algo que las dejaba por estos tiempos muy avergonzadas..) Eran excelentes ejemplos de las formas que hoy no se utilizan!. Hoy en la universidad cada tanto encuentro gente así y es muy fácil ridiculizarlos con su materia. Porque traen una clase estudiada y preparada para controlar todo y los vuelvo locos con preguntas minuciosas que se supone que deben saber. Le juro que ese sistema es un real sistema de reproducción de violencia expuesta o encubierta. Ahora soy yo la que gozo, pero solo con esa gente que cree que puede venir a humillar a otro debil. Una profesor que realmente esta formado no necesita humillar a nadie, no necesita agredir ni controlar. Creo que ni los alumnos y ninguna persona en ámbitos educativos pretende ser odiada o amada. En tal caso los formadores desean que sus alumnos sean curiosos, reflexivos, amantes del saber. Y para eso no se necesita látigo y control se necesita sentarse a leer y no creer que uno se las sabe todas y que los otros son los inferiores seres que deben aprender..... a amarlo u odiarlo??? que pérdida de tiempo, no creo que usted ni nadie sea taaaan importante como para querer amarlo u odiarlo. Quizás cada vez necesite ser más violento por que a una persona así solo hay que ignorarla. Y los alumnos hacemos eso cuando un profesor "No dice Nada", su clase se vuelve ridícula. Si captara la atención de los alumnos, si tuviera algo interesante para decir no debería recurrir a técnicas tan obsoletas que ya sabemos que solo funcionan para generar más violencia. Saludos cordiales
ResponderEliminarMagnífica entrada... Me ha hecho reflexionar mucho, como profesora que recién empieza su carrera.
ResponderEliminarY muy bueno el blog. Felicidades.
Leidy
Hola Leidy, aunque con retraso, muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarHola Alba, gracias a ti también. Sobre lo que comentas de poner negativo por no traer el material, no lo tengo claro. Naturalmente depende de que tipo de clase sea y de qué alumnos se trate. Mi experiencia es: si es algo puntual no penalizo, si reincide nota a los padres, si no funciona lo de los padres le traigo material extra para trabajar en clase, si no lo hace me quedo con él en el recreo hasta que lo haga. Después de quedarse un día sin recreo, lo normal es que no se repita. Pero no creo que esta sea ni la única ni la mejor estrategia, así que si tienes éxito con otro método, vuelve, cuéntamelo y tomo nota.
Hola, lo del recreo es muy interesante, pero ¿Qué haces si la clase que tienes no "empalma" con el recreo? Porque si les dices de venir obligatoriamente a hacer la tarea no aparecen.
EliminarAdemás he tenido alumnos que daba igual los castigos que se les aplicasen, no los hacían igualmente, y los padres pasaban de todo.
Ser docente nunca fue fácil. ¿Cómo hacer para ser permisivo, y a la vez no ser autoritario, y que no te falten el respeto? Yo noto por ejemplo que en la clase de un compañero que da Lengua y Literatura no vuela una mosca, mientras que otros docentes tienen problemas de disciplina. Sin embargo, a mí me parece que a ese docente los alumnos le tienen miedo, por su personalidad o su carácter. Eso tampoco es bueno, ya que el alumno no se expresa.
ResponderEliminarTienes razón, es un dilema de difícil solución. Yo no lo tengo claro del todo.
ResponderEliminarBuenas tardes.
ResponderEliminarMe encanta esta página y la consulto con frecuencia. Enhorabuena por tu trabajo y gracias por compartirlo :-)
Acabo de leer el tema de la autoridad en el aula y me identifico claramente con el profesor odiado por despreciado, por su permisividad y buenismo, práctica de la que no consigo salir.
Ayer mismo tuve un incidente, una alumna se rebotó en clase, ya lo hizo más veces, la eché de clase porque me cansé y no quiso marcharse así que cuando pedí a la jefa de estudios que viniera soltó un "si estás de los nervios no es mi culpa", en fin, lo que se le ocurrió. Y yo me sentí muy mal. Reconozco mi error de entrarle al trapo y también de enfrentarme a ella en presencia de toda la clase y costar controlarme emocionalmente, aguantar las ganas de llorar, cuando la situación se desbordó. Voy a leer con calma tus propuestas de la autoridad y a ver si hay alguna herramienta para poder superar el tener el mérito de que los alumnos te desprecien, ganado a pulso.
Gracias.
Dad clase en FP Básica (antes PCPI, antes Garantía Social) y después me contáis si funciona algo de todo esto. Cuando de 20 alumnos, 6 o 7 se dedican sistemáticamente y desde el primer momento a no permitirte ni abrir el pico.
ResponderEliminar@Helena No vuelvas, las cosas siguen igual. Llevo casi treinta años trabajando con el B.U.P. y C.O.U., al principio. Desde que nos tragamos la LOGSE, LOE, LOCE, LOMCE, todo es parte del mismo despropósito educativo. La indisciplina es parte de este juego maquiavélico para los profesores y no para los alumnos como quiere reflejar el bienintencionado profesor que trabaja en este blog. Tengo nueve repetidores en el mismo grupo, y se jactan de serlo. Les da igual los negativos, los positivos, que los eches o no, si llamas a sus padres, tampoco vienen. La administración les da ayudas para que vuelvan una y otra vez. Por cierto, el término "disruptiivo" no se aplica a las personas, aunque nos lo hayan metido los psico-pedagógicos, que nunca dan clase ni la darán.
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ResponderEliminarUn antiguo chiste dice:
-¡Mamá, mamá! ¡No quiero ir a la escuela!
-Debes ir por tres razones:
Primero, porque es tu obligación.
Segundo, porque tienes 43 años
Y tercero, ¿porque eres el profesor!
@Mar v
ResponderEliminarHola Mar. La verdad es que hay situaciones que parecen resistir a cualquier estrategia. Me interesa saber qué técnica/actitud/estrategia utilizas para sobrellevar la situación?. Un saludo.
Hola Marina ;-D
@profesor Francisco
ResponderEliminarExactamente las mismas estrategias que tú propones. Y no funcionan porque no contamos con el apoyo incondicional de la sociedad. Ahora, el estafador, “profesor de filosofía”, J.A. Marina, el gran “destroyer” de la educación, que no da clase a la ESO, nos quiere clasificar, como a los borregos, en profesores buenos y malos, para pagarnos menos o arbitrariamente según decida el mandamás de turno. Y tú, ingenuo, sigues dándote cabezazos contra una pared, como yo me los di hace veintitantos años.
Te deseo suerte.
@Mar
ResponderEliminarEn realidad no iba por ahí la pregunta, te preguntaba por estrategias que usas para ti, es decir, para sobrellevar estas situaciones de forma que afecten lo menos posible a tu estado emocional/psicológico.
Yo creo que los profesores estamos alejados del gobierno de la escuela, siendo que el docente es el único que está ahí adentro ejerciendo efectivamente un trabajo, la labor docente... no sabemos ningún dato de los alumnos, siendo que el maestro (de primaria) lleva un registro con todos los datos de los alumnos... Me parece que nos vemos ninguneados por un simple administrativo, o el director de la escuela ( que es un docente que está en ese cargo, no ejerciendo la docencia o ejerciéndola al mínimo)... no tenemos ningún dato de esos alumnos, a veces ni siquiera la edad...Hasta dónde es posible trabajar con un desconocido? Siendo que todas o casi todas las teorías pedagógicas hacen incapié en el conocimiento del alumno...antes de planificar algo... Ni hablar de asistir a las asambleas del gremio docente, después de una jornada laboral, muchos ni siquiera lo piensan...gremios docentes, con cargos ejercidos por preceptores (o celadores) y no por docentes...
ResponderEliminarSi expulsas al alumno (a) habrán ellos ganado pues muestran no controlar la clase y el expulsado logró su objetivo: evidenciarte y pasear..
ResponderEliminar@Profe Catarino
ResponderEliminarNo se trata de saber quién gana o quién pierde, eso es un razonamiento revanchista que empeora la situación. Se trata de saber qué medida es más eficaz para propiciar los aprendizajes de todos los alumnos, incluido del que genera el conflicto. La clave del éxito no es la victoria, sino la eficacia.
Hay que consensuar, de manera individual, con el estudiante. No sacarlo de clase. Negociar educativamente con él. Si se tiene que sacar que sea a la Dirección o prefectura pero eso será señal de que no controlamos el grupo. Primero lo humano luego lo académico. Sobre Maquiavelo en el aula no olvidar que son jóvenes y es adaptarlo si pero sólo adaptarlo. El alumno aprende con el profesor, sin el profesor y a pesar del profesor.
Eliminar@profesor Francisco Yo sigo comprobando, después de treinta años de clase, que estamos desarmados. Si la sociedad no te arropa, los alumnos"disruptivos", como decís vosotros seguirán campando a sus anchas. Saliendo y entrando de las clases .
ResponderEliminarHola. Es mi primer año en la docencia, tengo 25 años. Al principio, pensé que la cercanía y confianza con el alumnado era positivo, y así fue durante los primeros meses, donde conecté bien con los chicos. Pero ahora, comienzo a observar que tengo una actitud demasiado laxa, me cuesta sancionar porque su reacción suele ser rencorosa y rebelde y veo que poco a poco pierdo la autoridad. Siempre me ha llamado la atención el concepto de autoridad; es algo que no de se otorga, sino que se ha de ganar en el día a día. Me ha gustado la interpretación de Maquiavélico al universo adolescente que afrontamos en las aulas. ¿Qué lectura me recomiendas de Maquiavelo?
ResponderEliminarGracias por estas ideas tan interesantes. Intentaré ser amado y temido en clase encontrando ese esquivo equilibrio entre suavidad y firmeza que todo docente ha de buscar.
Un saludo.
Hola Rubén, gracias por comentar.
EliminarEn realidad Maquiavelo no hace ningún análisis del universo adolescente, su estudio es sobre la dinámica política de su época. Lo que yo hago en este artículo es extrapolar de la política al aula los consejos que da al gobernante para mantener su autoridad. En los capítulos 15-21 de su obra el Príncipe están la mayor parte de las ideas que he citado arriba. Para mantener la autoridad en el aula quizás te interese también leer sobre la técnica del positivo dinámico que yo uso con cierto éxito desde hace años.
Un saludo y suerte
Sí, sí, lo sé. Me refiero a la interpretación tan particular que haces de sus lecturas.
ResponderEliminarMe leeré los capítulos de El Príncipe que mencionas, así como el artículo sobre la técnica del positivo dinámico.
Un saludo y gracias.
Buenos dias francisco, veras no soy profesor sino un alumno. Me dirijo a usted ya que mis compañeros no estamos de acuerdo con las enseñanzas que nos ofrece nuestro profesor, no quiero entrar en detalles, me gustaria preguntarte de que forma podriamos decirle a mi profesor sin que le ofenda o se enfade.
ResponderEliminarMuchas gracias de ante mano
Hola. Para poder aconsejar necesito saber por qué no estáis de acuerdo. Un saludo
Eliminarveras, estoy en bachillerato y como es logico tengo muchas tareas, sobre todo suyas, el problema no son las tareas sino que nos manda hacer trabajos como si no tuvieramos nada que hacer, este elk menor de los problemas. El dilema proncipal es en las clases pierde tiempo explicando cosas fuera del temario que no no aporto nada, perdiendo gran parte de las clase, si es aproximadamente 50 minutos de clase, 20 - 30 minutos pasa llendose por las ramas, de echo este mensaje los escribo ahora en su clase y llevamos mas de 40 minutos escuchandole hablar de cosas que no proceden, por ultimo en vez de explicarnos el temario, nos manda buscarlo en google, es decirr si un punto es porejemplo, los volcanes, nosotros tenemos que buscar toda la informacion en google, entiendo que es un método, y lo respeto, lo que pasa es que nosotros (los alumonos) no nos gusta el metodo, este es el menor de los problemas asi que por este tampoco hace falta una solucion.
EliminarEspero tu respuesta y tendre en cuenta todo lo que me digas. Un saludo
¿Se lo habéis dicho a él? Si no os atrevéis a decírselo directamente podéis decírselo al tutor para que haga de intermediario.
Eliminarmuchas gracias, te informare si todo a ido bien
Eliminarno a salido bien, de echo últimamente parece que nos tiene cierta rabia.
EliminarMe temo que no tiene solución, de todas formas gracias por ayudarnos
Hablar este tipo de problemas siempre viene bien a medio plazo. Es natural que la primera reacción del docente al que se le cuestiona su forma de trabajar sea negativa y reactiva. Lo importante es que luego viene un segundo momento en el que está más calmado recapacita y analiza la situación. En ese momento es cuando sí que puede cambiar algunas cosas. Un saludo y ánimo.
EliminarHola, Profesor.
ResponderEliminarMe llamo Enric y le escribo desde Barcelona.
Estoy formándome como Docente de Formación Profesional para la Ocupación y, con su permiso, voy a utilizar parte de sus argumentos en una clase que debo preparar como ejercicio en relación con el alumno boicoteador.
Le agradezco mucho su amabilidad al compartir estos contenidos y espero que no solo me sirvan a mí, sino también a mis (futuros) alumnos.
Ya sabe: si salvamos a uno, salvamos al mundo.
Soy consciente de las creative commons asociadas y le prometo respetarlas.
Moltes mercés i salutacions molt cordials
Enric ORTA
Docent en Formació.
CIFO LA Violeta. Barcelona
Hola Enric. Por supuesto tienes mi permiso para usar lo que quieras, para eso lo subo. Un saludo y suerte.
EliminarHola.considero que si bien no es posible la expulsión se puede hacer nota al directivo.en muchos logran cambiarlo de curso al alumno.la nota sirve formalmente como un mecanismo incluso legal.saludos
ResponderEliminarSin caer en el autoritarismo hay que recuperar la autoridad del profesor.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
EliminarMuchas gracias por compartir tu experiencia y tu sabiduría. Lo explicas todo con una claridad meridiana y estoy totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarHola, Francisco, muchas gracias por compartir tus técnicas, están realmente bien explicadas y me han dado un rayo de esperanza. Desde que empecé como docente de secundaria he notado que me faltaban las herramientas y que en mis clases el alumnado de la ESO se comportaba peor que en otras. Por primera vez he podido entender las causas gracias a tu adaptación de Maquiavelo a la labor docente. Además me has proporcionado estrategias claras y contundentes para cambiar y mejorar. Espero poder contarte pronto mi experiencia con la aplicación de las normas y el positivo dinámico. Mi más sincero agradecimiento. Un cordial saludo desde Almería.
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